miércoles, 25 de mayo de 2011

Si yo, tú.

Si yo, tú. Si caes, yo contigo y nos levantaremos juntos, en esto unidos. Si me pierdo, encuéntrame; si te pierdes, yo contigo y juntos leeremos en las estrellas cuál es nuestro caminoy si no existe, lo inventaremos. Si la distancia es el olvido, haré puentes con tus abrazos, pues lo que tú y yo hemos vivido no son cadenas, ni siquiera lazos. Es el sueño de cualquier amigo, es pintar un “te quiero” a trazos y secarlo en nuestro regazo.
Si yo, tú. Si dudo, me empujas; si dudas, te entiendo. Si callo, escucha mi mirada; si callas, leeré tus gestos. Si me necesitas, silba y construiré una escalera hecha de tus últimos besos para robar a la luna una estrella y ponerla en tu mesilla para que te dé luz.
Si yo, tú; si tú, yo también. Si lloro, ríeme, si ríes, lloraré, pues somos el equilibrio, dos mitades que forman un sueño.
Si yo, tú; si tú, conmigo y si te arrodillas, haré que el mundo sea más bajo, a tu medida; pues a veces, para seguir creciendo, hay que agacharse. Si me dejas, mantendré viva la llama hasta que regreses y sin preguntas, seguiremos caminando y sin condiciones, te seguiré perdonando. Si te duermes, seguiremos soñando que el tiempo no ha pasado, que el reloj se ha parado y si alguna vez la risa se te vuelve dura, se te secan las lágrimas y la ternura, estaré a tu lado, pues siempre te he querido, pues siempre te he cuidado… pero jamás te cures de quererme, pues el amor es como Don Quijote: sólo recobra la cordura para morir. Quiéreme en mi locura, pues mi camisa de fuerza eres tú y eso me calma, y eso me cura…
Si yo, tú; si tú, yo. Sin ti, nada. Sin mí, si quieres, prueba.

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