martes, 17 de mayo de 2011

Para saber decir yo te amo, primero hay que saber decir yo.
Esta frase es la base de lo que Ayn Rand denominaba el egoísmo razonable. La necesidad de pensar de vez en cuando en uno mismo para conseguir el equilibrio personal, la necesidad de hacerte valer para que los demás te valoren, de tener la valentía de mostrar tus sentimientos sin juzgar y sin miedo a ser juzgado, de defender como de verdad es uno por encima de lo que piensen los demás. La necesidad de ser simplemente feliz, sin dar explicaciones a nadie sean cuales sean las consecuencias.

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